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Uno de los edificios de viviendas más bellos del barrio de Chueca se halla en la calle de San Marcos nº 41 y 43.
Es obra de unos arquitectos con un gusto exquisito: Luis Aladrén Mendívil y Eugenio Jiménez Corera.
El segundo es el autor de la encantadora fábrica de El Águila, en Delicias.
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Construido en 1891, la fachada combina el ladrillo y la falsa piedra, imitando un sillares almohadillados, en bandas verticales que se cruzan con las horizontales. Hay aplicaciones cerámicas y un espléndido trabajo de forja.
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Ya había hablado de esta casa hace un par de años, pero vuelvo sobre ella con nuevas fotos.
Es uno de esos edificios en que la vista se recrea descubriendo cada detalle.
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Toda la casa fue la residencia de unos marqueses y sus familiares.
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El patio es sobrio y elegante. En alguna de estas puertas se guardaban antiguamente los coches y las caballerías.
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Este pequeño reportaje se lo dedico a Ana, que me ha contado unas cuantas cosas sobre el edificio.
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Y por último, fijaos en el pavimento que posee esta entrada de carruajes.
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¡Está adoquinado con tarugos de madera!
Los adoquines de madera se utilizaron para que los carruajes, al entrar no hiciesen tanto ruido.
¡Una casa muy bien pensada!
Fotos: Carlos Osorio.
Creo que me daré una vueltecita para conocerlo. ¡Gracias por presentarlo!
Debió de ser un farde ser burgués en aquella época de la Restauración canovista y vivir en estas vetuscas casas, que serían un lujazo en aquellos tiempos, cuando muchos madrileños moraban en casas de corredor (corralas) y carecían de servicios básicos.
Saludos.
Y que lo digas, Juan. Miguel Angel, cuando al portero le da por dejar un rato abierto, vale la pena meter la cabeza a ver el portal con la entrada de carruajes
Mi amiga, de Burgos, que se conoce Madrid como si fuera taxista, y que sabe que salvo contadas excepciones siempre tengo que echar mano del callejero,me ha llevado a San Marcos 43 que nos cae muy a mano.
Precioso edificio y muy bien conservado. En la escalera de la izquierda hay un rellano con unas vidrieras preciosas en el techo. Al fondo del todo un patio que ese sí que es particular. Cinco patios en el edifico. El suelo de la entrada todo de madera, aunque nadie lo diría. Sólo hay otros dos en Madrid. Una vez que se sabe y fijándose se ven perfectamente todas las vetas. Las viviendas de 500 metros cuadrados.
Buena observadora, Matilde!
Hola Carlos, conocí las bonitas caballerizas y varios pisos de la casa (y sus moradores), como podrás imaginar son pisos muy señoriales. Hace años te comenté la existencia de este pavimento de madera del que quedan muy pocos.
Un abrazo.
Hola, Antonio, que se sepa queda otro suelo de tarugos en Miguel Servet y otro en la Casa de América, en recoletos.
Osorio, no nos pongas estas cosas, que luego lo comparamos con nuestros pisitos de los que tan orgullosos nos sentimos y nos deprimimos aún más de lo que ya estamos. ¿Qué hay que hacer para ser marqués?