El edificio del Banco de España, en Cibeles, dispone desde 1932 de una cámara acorazada situada a 40 metros bajo tierra. Allí se guardan parte de las reservas de oro del Estado.
La cámara dispone de un sistema de auto-inundación en caso de ser detectado un intento de robo; el sistema utiliza las aguas de un arroyo subterráneo. Sin embargo, nunca ha tenido que ser utilizado.

Foto: D. G. Ragel
Para acceder a la cámara hay varias puertas de acero de máxima seguridad. La primera de ellas pesa la friolera de 15.000 kilos.
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Lo que la gente no sabe es que la puerta de la cámara acorazada permaneció abierta durante la época de Franco, durante los 40 años del franquismo.
¿Por qué no se cerraba? ¿Tan seguros estaban de que no iban a entrar los ladrones?
Pues sí, ellos estaban seguros de que no iba a entrar nadie que no estuviera invitado.
¿Y sabéis por qué?
Porque en el interior de la cámara vivían dos familias de guardias civiles.
La cámara dispone de dos viviendas en su interior donde estas dos familias hacían su vida normal.
Mucho más seguro que ninguna puerta y que ningún dispositivo electrónico.
Foto: El País.