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«Historias de Convivencia Vecinal» es un  libro editado por el Ayuntamiento en el que varios vecinos que acuden a los Centros de Mayores cuentan sus vivencias en un barrio tan popular como el de Malasaña.
Relato de Paula Laguna Martínez
 
Recuerdo cuando era niña y en mi pueblo tenía unas amigas con las que me llevaba muy
bien. Jugábamos en la calle porque no teníamos juguetes. Jugábamos al truco, a la comba y a
más juegos y éramos felices. Tampoco había bocadillos, las madres no tenían, nos daban un
trozo de pan y lo repartíamos entre todas. ¡Qué convivencia tan bonita teníamos!
Recuerdo cuando las madres se iban a trabajar al campo, los niños se quedaban con las
vecinas y qué agradecidas de tener unas vecinas tan buenas.
Yo ahora vivo en Madrid. Estoy viuda pero tengo unas buenas vecinas, sobre todo, mi vecina
Pilar para mí es como si fuera mi madre. Sus hijos son como si fueran algo mío, son tan buenos
conmigo que siempre se lo agradeceré. Eso sí que es una buena convivencia vecinal.
Yo ahora estoy viuda y no tengo hijos pero con mi vecina y sus hijos soy muy feliz. Doy
gracias a Dios por ser tan feliz con mi vecina y sus hijos.
Cuando era pequeña vivía con mis vecinas, éramos felices. Ahora soy mayor y feliz con mi
vecina. Eso es tener una convivencia vecinal.