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En la parte trasera del palacio de Bauer se halla el jardín, de estilo romántico.
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Un alto y delgado ciprés sobresale entre la vegetación.
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No falta el pozo. La zona debía ser rica en aguas ya que en tiempos remotos por aquí cerca pasaba el arroyo de Matalobos.
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En el centro, una bonita fuente fuente con leones.
La fachada posterior es sobria, con pilastras de orden gigante y balcones de forja.
En el abigarrado caserío del centro histórico, la presencia de un jardín reconforta al paseante que se siente transportado en el tiempo.
Fotos: Carlos Osorio