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Grabado de Louis Meunier (Museo Municipal)

El Estanque Grande del parque del Retiro fue construido en 1634 por el arquitecto Cristóbal de Aguilera.
Según Mesonero Romanos, el estanque fue hecho en el lugar de otro estanque anterior, más pequeño, de la época de Felipe II.
La finalidad principal del Estanque era la de servir de recreo y esparcimiento al rey Felipe IV, a su familia y a la corte, dentro del conjunto conocido como Real Sitio del Buen Retiro, que incluía un gran palacio (del que sólo nos quedan el Casón y el Salón de Reinos) y unos extensos jardines.
En los años centrales del siglo XVII se celebraron aquí varias naumaquias (combates navales con barcos a escala y fuego simulado) que hacían las delicias de la corte. Asimismo, se utilizaba para pescar, para pasear en góndolas y falúas, o como escenario de representaciones teatrales (para lo cual se utilizaba una isleta central ya desaparecida)

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(Museo Municipal)
En el grabado superior se aprecian perfectamente los templetes con chapiteles que albergaban los embarcaderos, las norias y los pescaderos (casitas para practicar la pesca). También podemos ver los navíos a escala que se utilizaban en los combates navales simulados (naumaquias)
Para los paseos de las personas reales había una docena de lujosas góndolas, forradas de plata y oro y decoradas por los mejores pintores, que fueron traídas de Nápoles junto con los gondoleros.
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Como apreciamos en el grabado superior, el estanque disponía en su lado sureste de un canal navegable, llamado Canal del Mallo o Río Grande, que discurría a lo largo del actual paseo de coches y llegaba hasta la actual glorieta del ángel caído, donde formaba una isla. En dicha isla estuvo la ermita de San Antonio de los Portugueses y después la Real Fábrica de Porcelana.

El estanque estaba alimentado por los viajes de agua que llegaban desde Chamartín, de la Fuente del Berro y del arroyo del Abroñigal. Cuatro norias, cubiertas por templetes, extraían el agua de estas canalizaciones.

En la época de Carlos III se estableció un horario de visitas al parque para que la sociedad madrileña pudiera disfrutarlo. Eso sí, las normas imponían ir vestido con toda corrección, ya que se trataba de un Real Sitio. Este cuadro de José del Castillo, de 1779, muestra a un grupo de visitantes interesándose por los patos del estanque.

En 1867 se permitió el uso público de estas instalaciones, y desde entonces los paseos en barca han sido una de las distracciones de los madrileños que pasean por el Retiro. El Estanque Grande es el lugar donde los madrileños intentamos curarnos la nostalgia del mar.
En 1922 se inauguró el monumento al rey Alfonso XII que preside el estanque. El conjunto escutórico fue diseñado por José Grases y Riera y contó con los mejores escultores de la época, entre ellos Benlliure, autor de la estatua ecuestre del monarca.
Tanto la zona del monumento como el paseo que se abre al otro extremo, son lugares de encuentro y ocio de los madrileños y visitantes, especialmente los fines de semana.
Para confeccionar este artículo he utilizado, entre otros, el libro de Rosario Mariblanca «Historia del Buen Retiro».