Pese a que el matrimonio fue concertado, pese a que la reina era jovencísima (14 años) cuando se casó, y pese a que el marido era feo de narices, María Amalia fue el gran amor de Carlos III.
La reina María Amalia de Sajonia tuvo una salud muy delicada, debido a una caída del caballo que sufrió en Nápoles. Ello no le impidió tener 13 hijos. Al ser coronado Carlos como rey de España, vienen a vivir a Madrid, donde al cabo de un año Amalia falleció. Pero durante ese año no perdió el tiempo. Fue ella quien propuso a su marido la creación de la fábrica de porcelana del Buen Retiro y la manufactura de vidrio.Estas manufacturas fueron solo una parte de las ingentes realizaciones con las que Carlos III engrandeció y embelleció Madrid. Además, ella introdujo en nuestra ciudad la costumbre de los belenes navideños. Su delicada salud unida a una tuberculosis propiciaron su fallecimiento.
«Con su muerte, la reina me ha dado el único disgusto serio de nuestro matrimonio»– dijo el monarca.
Carlos III no volvió a casarse nunca más.
Cuadro: María Amalia de Sajonia por Louis de Silvestre (1738. Museo del Prado)
Detrás de cada gran hombre siempre hay gran una mujer
Casi siempre es así