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En la cueva o sótano del restaurante Botín se abre un pasadizo.
Un cartelito advierte: Sin Salida.
El paseante siente una notable curiosidad y pregunta al respecto.
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Carlos, uno de los dueños, me cuenta que este pasadizo, actualmente sellado, comunicaba con los edificios próximos y continuaba calle abajo.
Probablemente se unía a otro pasadizo preparado para facilitar la salida de la ciudad en tiempos arriesgados (guerras, revueltas, asaltos). Este pasadizo saldría de la villa a la altura del río Manzanares.
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Todo el casco histórico está horadado por pasadizos que tenían esta doble misión: comunicar con los edificios colindantes (toda una red de calles subterráneas) y comunicar con pasadizos que permitían escapar de la ciudad en caso de apuro. Unos hacia el río y la Casa de Campo, otros hacia El Retiro, etc.
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Al paseante le sorprende el tipo de piedra usado en la base de las paredes de las cuevas. Es sílex, la piedra que se usó en la construcción de la muralla.
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Con gran probabilidad estas piedras proceden de la antigua muralla cristiana del siglo XII que pasaba junto a la calle Cuchilleros y que desapareció al trazar esta calle. Podrían ser piedras reutilizadas para la construcción de esta casa.
Fotos: Carlos Osorio