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Fue en 1932. El ferroviario Adrián Álvarez probó su prototipo de submarino en el lago de la Casa de Campo. Hubo gran concurrencia de público (15.000 personas). Se hicieron las pruebas oficiales del «generador de aire por tiempo indefinido», que era invención de este  Adrián Álvarez Ruiz. Este dispositivo, cuya finalidad era perfeccionar los sistemas de generación de aire respirable en las naves submarinas, era capaz de generar oxígeno y expulsar el anhídrido carbónico producido por la respiración. Fue un éxito, Adrián permaneció 5 horas en el interior del submarino. Un poco aburrido para los que esperaban fuera, pero un éxito. La escena, a la vez ingenua y conmovedora, nos hace pensar en lo lejos que habría llegado este país si se apoyase la investigación y la ciencia.