De un año a esta parte, en el Metro de Madrid el móvil ha sustituido al libro. Las gentes a las que hace poco veíamos leyendo un libro, hoy teclean incesantemente el móvil.
Tikitiki-tikitikití…La fiebre del guasap se extiende como una epidemia.
Está muy bien que la gente se comunique, claro que sí, pero empiezo a pensar que, de seguir a este ritmo vertiginoso, llegará un momento en que ya no queden cosas por contar.
Tal vez entonces haya que volver a los libros para encontrar algo interesante que comunicar.
Foto: Carlos Osorio