La época del despilfarro ha dado paso a la época del ahorro feroz.
Si hasta hace poco nos proponían el gasto desmedido, ahora nos proponen el ahorro salvaje.
¿Tan difícil es buscar el punto medio?.
Voy a poner un ejemplo: en el Centro de Salud de mi barrio se están recibiendo algunos materiales de poca calidad. Estas compresas esterilizadas son tan finitas que para curar una herida, en vez de poner una tienen que poner dos, con lo cual el tiro sale por la culata, porque se gastan dos cuando antes se gastaba solo una. El esparadrapo que traen ahora no pega, con lo cual para que pegue hay que dar varias vueltas y al final se gasta más que antes.
¿Cuando llegará la sensatez?
Lo que sé es que estas cosas pasan desde que la gestión sanitaria de mi zona la lleva un comercial. Antes la llevaba un  funcionario público.
Continuando con el desmantelamiento de la Sanidad de todos, ahora quieren cerrar el hospital de la Princesa.
Por el bien de todos, esperemos que no se salgan con la suya.
Así están las cosas. Ahora lo que toca es defender aquello que nos permite estar orgullosos de pertenecer a esta sociedad: la Educación y la Sanidad