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Hablamos hoy de una de las obras maestras de la escultura religiosa madrileña.

La estatua de “San Miguel venciendo al demonio”, obra de Luisa Roldán, “La Roldana”, es una talla en madera policromada, realizada en el año 1692. Se encuentra en la Basílica de San Lorenzo de El Escorial.

Estamos ante una de las obras maestras de una mujer que, superando las barreras que obstaculizaban el acceso de las mujeres al mundo del arte, llegó al nivel de creatividad y sensibilidad más alto en el período del Barroco. Luisa Roldán se instala en Madrid en 1688, siendo nombrada escultora de cámara de Carlos II. Semejante distinción no fue tan halagüeña como podemos suponer, ya que en plena crisis económica tuvo serias dificultades para cobrar por sus trabajos, dificultades que hay que sumar a las continuas desavenencias con su marido, el dorador Luis Antonio de los Arcos, que era el que habitualmente policromaba sus esculturas. En medio del temporal, Luisa va a producir una obra excepcional con diversas lecturas posibles.

La lectura más evidente es la representación del arcángel en su ardua tarea de mantener a raya al demonio. Pero hay más lecturas ocultas. Se ha subrayado el carácter femenino del arcángel, y ciertos rasgos faciales que lo identificarían con la propia escultora. Esta feminidad sería un modo de afirmar la presencia femenina en las artes, normalmente reservadas a los varones. Varón es, y muy masculino, el diablo que se retuerce bajo los pies del ángel. Pues bien, se ha aventurado la posibilidad (no confirmada, pero desde luego creíble) de que el diablo sea en realidad el marido de la Roldana, bien porque este hubiera posado para ella, o bien porque ella, consciente o inconscientemente, le hubiese reflejado en este papel. Se ha relacionado esta imagen con el deseo femenino de vencer, y con la iconografía de “mujeres fuertes” que tuvo un cierto desarrollo en la segunda mitad del siglo XVII.

En cualquier caso la estatua es de una belleza sobrecogedora. Una belleza que emocionaba en primer lugar a la propia artista, que cuando sentía que lograba sus objetivos, que las imágenes reflejaban lo que ella quería, se echaba a llorar.

Actualmente, la imagen de San Miguel se halla en el monasterio de El Escorial, pero no se muestra al público. No sabemos por qué.

 

Carlos Osorio. El Arte de Madrid en Caminando por Madrid.