El nombre de caña viene del tubo por el que sube la cerveza desde que sale del barril hasta que brota del grifo. Este tubo vertical o «caña» (palabra emparentada con caño y con cañería) es el que da nombre a la cerveza servida a través de un grifo.
En los tiempos antiguos de Mesopotamia y Egipto la gente dejaba fermentar la cerveza en vasijas de barro y con frecuencia la bebían valiéndose de una caña hueca para evitar tragarse la espumilla y otras impurezas que se formaban encima del líquido.
Pero el término caña no tiene que ver con aquella práctica, sino con ese tubo con forma de caña que mediante presión hace manar el preciado líquido dorado y espumoso. Hace tiempo supe de la existencia de unos ingenios para hacer brotar el agua desde el subsuelo que se llamaban pajas y tenían forma precisamente de cañas o tubos, primitivos sistemas de bombeo para extracción de agua. Estas pajas o cañas de agua (términos hoy en desuso) podrían tener alguna relación semántica con nuestras queridas y reconfortantes cañas de cerveza.