Me parece absurdo que los niños-as de nuestros colegios tengan que desplazarse a 40 kilómetros de Madrid para ir a visitar una granja escuela. Se pasan la mitad de la mañana en el atasco y vuelven medio mareados.
Que se haga una granja escuela en Madrid, para que nuestros críos conozcan las labores agrícolas y ganaderas, para que puedan ver de cerca el milagro del crecimiento de las frutas y las hortalizas y puedan jugar con los corderos.
No puede ser que todo el extrarradio de Madrid se destine a la especulación, al cemento y al asfalto. Hay que dejar un hueco para una granja escuela. Hay sitio suficiente: en los recintos feriales de la Casa de Campo, en El Pardo, en Valdebebas, en el parque del Manzanares. Así que, por favor, hagan una Granja Escuela en Madrid.
Ilustración: Sophie Harding.