En 1952, Alexandre Grassy abrió su tienda de Gran Vía nº 1. Previamente, en 1925, había fundado la Unión Relojera Suiza, también en Gran Vía.
Este carismático relojero, coleccionó relojes de gran belleza y originales mecanismos autómatas. La colección forma hoy un museo privado, visitable por la clientela previa petición. En el museo destacan los relojes franceses del XVIII.
He fotografiado algunos de los magníficos ingenios que componen la colección. La foto 1 muestra un divertido reloj del XIX compuesto por un cañón y una lupa. A las doce, el sol atravesaba la lupa y prendía la mecha disparando el cañón. A la derecha, un reloj japonés del XIX. Otro reloj francés del XIX hace que el barco y las olas vayan moviéndose. El reloj del arquero es de estilo imperio. El siguiente es de estilo Luis XIV. Por su parte, la negrita que mueve los ojos al compás del tic-tac es un reloj norteamericano del XIX. Fotos: Carlos Osorio.
Gracias, has logrado que me retrotrajera a mi infancia de hija de gran relojero, siempre hablando de mil artilugios que los otros críos no entendían (tija,corona, rubíes, etc), y siempre con aquella cosa de bajar a por fornituras al centro.
Me alegro, Isabel. Es un mundo hermoso, sin duda.