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Los cafés son instituciones que va más allá de lo puramente gastronómico o consumista. Son lugares de encuentro y de tertulia, testigos de la vida social, cultural y política de nuestra Historia, por eso son lugares que una sociedad sensible y culta debe preservar.

A comienzos del siglo XIX surgen los primeros cafés clásicos en Madrid. Estaban situados en su mayor parte en la Puerta del Sol (donde hubo nada menos que siete cafés) y la calle de Alcalá.

En la época de Franco desaparecieron decenas de cafés siendo sustituidos por modernas cafeterías al estilo americano. Como testimonio vivo de nuestros cafés históricos nos quedan cinco: El Gijón, el Comercial, el Barbieri, el Viena y La Pecera del Círculo de Bellas Artes.

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El GRAN CAFÉ DE GIJÓN abrió sus puertas en 1888. Fundado por un asturiano, ha sido testigo de los cambios urbanos desde la época de los palacetes de la Castellana a la de los bancos y oficinas de los años 60.

Foto: Reuters.

En sus mesas se han sentado escritores y actores, y ha sido sede de tertulias especialmente entre los años 50 y 80. Cuenta con un comedor en el sótano y con una terraza al aire libre en el Paseo. Se halla en el Paseo de Recoletos nº 21. (Zona: Colón).

El café de Gijón a mediados del siglo XX.

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El CAFÉ COMERCIAL abrió en 1887. Es un ejemplo característico de los cafés del período de la Restauración. Frecuentado por escritores entre los años 50 y 80, ha sido lugar de tertulias de todo tipo. En 2017 ha sido restaurado, incorporando comidas y cenas.

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En sus mesas se sentaron Blas de Otero, Gabriel Celaya, Gloria Fuertes, José Hierro, Jardiel Poncela, Alfonso Paso, Fernando Dicenta, Antonio Mingote, Ignacio Aldecoa o Luis Gª Berlanga, siendo el café clásico preferido del alcalde Tierno Galván. Desde siempre, un lugar para la charla, el chocolate y los churros. Se halla en la Glorieta de Bilbao, nº 7 (Metro Bilbao)

Foto: Cadena SER.

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Foto: Viena Capellanes.

El CAFÉ VIENA abrió sus puertas en 1928, a cargo del gallego Manuel Lence, dueño de las pastelerías Viena Capellanes.

Bastante reformado en su interior, se halla en la calle de Luisa Fernanda, 23. (Metro Ventura Rodríguez)

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El CAFÉ BARBIERI, situado a pocos pasos de la Plaza de Lavapiés, se inauguró en 1902.

Foto: Tryp Advisor.

Su nombre recuerda al compositor musical Francisco Asenjo Barbieri, autor de «El barberillo de Lavapiés» Ocasionalmente ha tenido y tiene actuaciones musicales.

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De vez en cuando, en el Barbieri se organizan bailes, una costumbre que también tuvo el Comercial en la primera mitad del siglo XX. Está en la calle Ave María, 45 (Metro Lavapiés)

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El Café «LA PECERA» del Círculo de Bellas Artes es obra del arquitecto Antonio Palacios. Se creó en 1926.

Se llamaba pecera porque a través de sus enormes cristales se veía a los slocios del círculo, todos ellos de edad provecta, que bostezaban en los sillones abriendo sus bocas como si fueran peces.

El salón está decorado con columnas neoclásicas, pinturas murales de Ramón Zaragoza, óleos de Muñoz Degraín y José Aguilar y la bella escultura yacente El Salto de Léucade de Moisés Huerta.

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Esta simpática recreación de un café clásico madrileño se encuentra en el Museo de Cera.

Deseamos que los cafés no se desnaturalicen, que no se conviertan en meros sitios para comer, y sigan siendo lugares vivos, donde florezca la vida social y cultural de Madrid.