La calle de Juan de Dios, en las inmediaciones de la Plaza de España, nos recuerda a un agricultor de hace varios siglos que tenía aquí sus huertas y que se arruinó porque una terrible tormenta destruyó sus cultivos. Para colmo se quedó ciego y se vio obligado a vivir en una cueva de arena que por aquí existía y a pedir limosna en la puerta del desaparecido oratorio de San Leonardo (actual iglesia de San Marcos).
(La calleJuan de Dios va de San Bernardino a la Travesía de Conde-Duque, en el barrio de Universidad)