En 1861, la heredó Juan Chicote quien se encargó de organizar unas tertulias en la rebotica donde se congregaba la crema de la intelectualidad: desde médicos como Méndez Alvaro y Federico Rubio, a políticos, como Castelar, Cristino Martos o Pi y Margall. En 1948 pasó a manos de la familia Deleuze.
En los años 80, ante el derribo del inmueble, los propietarios, ayudados por el Ayuntamiento, hicieron una meritoria labor de recuperación y restauración del mobiliario que fue colocado en el mismo lugar en el nuevo edificio, un edificio cuya fachada reproduce la anterior fachada tradicional, en un elogiable gesto de respeto al patrimonio.
Fotos color: Carlos Osorio.
Deleuze aparece en el libro «Tiendas de Madrid»
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He visto muchos días esa farmacia, pues he vivido media vida en el barrio y ahora sigo pasando por ella cuando voy a ver mi madre a Malasaña. Voy a comprar un día cualquier cosa para poder entrar y verla, pues su situación hace que no compre allí nada. Que pena no haber llegado a ver el ambiente universitario de esa calle de San Bernardo hasta los años 50, en que se fueron a la Ciudad Universitaria actual. Recuerdo sus librerías de viejo y, aunque se haya salvado Fuentetaja, no es lo mismo de su ruinoso viejo edificio al actual, junto a la casa donde vivió la gran Emilia Pardo Bazán, donde tendría sus escarceos con Galdós.
Saludos.
Es curioso Juan, a veces tenemos nostalgia de un tiempo no vivido, como aquel de la Universidad de San Bernardo. A mí me parecen fascinantes aquellas tertulias de rebotica, uno de los pocos sitios en que había libertad para hablar de todo y se reunían las mentes más lúcidas.
Claro hablo por lo que me contaban mis padres cuando veían aquél ambiente estudiantil que yo ya viví en los 70 a 80 en Moncloa y en la calle de Princesa. Imagino la violencia en 1865 cuando la noche de San Daniel, cuando la Guardia Civil mató, por orden de Narváez a varios estudiantes.
Saludos de nuevo señor caminante.