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El mundo chiquitillo de las casas de muñecas, lleno de simpatía y de encanto, puede contemplarse en Esmalper, casa fundada en los años setenta en la calle de Galileo nº 27.
Nacho se encarga de decorar estas casitas de muñecas que nos retrotraen a la época de nuestros bisabuelos.
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La verdad que son una alegría para la vista.
El precio me imagino que estará justificado. El único pero que le pongo es que ocupan espacio, y que me parecen más un elemento decorativo que otra cosa.
¡Feliz jueves!
Bueno, quizás el mundo actual, demasiado funcional, esté necesitado de cosas "decorativas" que nos hagan ilusionarnos. Pero lo de estas casas de muñecas es más que decoración, es teatro.