Caminando por los jardines de Aranjuez me encontré con un petirrojo. Le dije ¡Hola! pero no contestó. Le saludé entonces en latín. «¡Ave, erithacus rubécola, Ave!» (y nunca mejor dicho lo de ave). Le saludé en vasco: «Kaixo, txantxangorri», en catalán: «¿Com va, cap roig?», en gallego: «Bos dias, papo rubio»…probé con el inglés: «Hello, robin». El pájaro me miró con cara de decir: «calla, pesado.» y chasqueó el pico: «Tchak, tchak». Yo le imité: tchak, tchak» y se acercó a mí dando un par de saltitos.
Confiaba en mi, prueba de ello es que pude hacer la foto sin teleobjetivo, a menos de medio metro de él.
«¡Sonríe, petirrojo: que va la foto!»
Los pájaros no sonríen, pero cuando vuelan dibujan una sonrisa en el aire.

Carlos Osorio.