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Mahou ha tenido una buena idea: crear un museo sobre la historia de esta emblemática cerveza madrileña.
Lo lógico hubiera sido hacerlo en la antigua fábrica de Mahou, en Amaniel 29-31, pero este edificio, de propiedad municipal, está ocupado. Se lo cedió gratuitamente el alcalde Gallardón al diario ABC en agradecimiento por los elogiosos editoriales de este medio.
El caso es que Mahou ha elegido un edificio tradicional del barrio de la Latina, el antiguo palacete de los duques de Infantado, que se halla en la Plaza de los Carros.
Mahou prevé realizar una inversión de diez millones de euros, entre la adquisición del palacio y la puesta en marcha del museo. La cervecera, la primera de España por volumen de facturación con unos ingresos de 1.118 millones de euros en 2013, estima que la apertura al público se producirá en 2016.
Mahou fue una empresa modelo que no solo fabricó una cerveza autóctona sino que promovió diversas actividades industriales y culturales en nuestra ciudad.
El palacio de Mahou no sólo albergará el patrimonio histórico de la empresa. También permitirá a los visitantes contemplar el proceso de elaboración de la cerveza y probar los productos en catas organizadas. Además, el grupo espera implantar una zona interactiva para actividades culturales y de ocio, y un laboratorio de investigación donde desarrollar nuevas líneas de productos a partir de las experiencias del público.
La compañía familiar se une así a otras cerveceras que tienen sus propios museos en grandes capitales europeas. Carlsberg posee un centro de estas características en Copenhague, mientras que Heineken dispone de un museo propio en Ámsterdam. En España, Damm, tercera empresa por ventas, tiene su museo en Barcelona.