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Uno de los héroes del 2 de Mayo de 1808, el Teniente Ruiz, se hizo acreedor a una de las mejores estatuas que tenemos en las calles de Madrid.
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La estatua, situada en la Plaza del Rey, la hizo uno de nuestros grandes escultores, Mariano Benlliure, en 1891. Benlliure alcanza casi la perfección en esta obra, cuya soberbia composición y su tremenda expresividad transmiten la arrolladora energía del héroe avanzando hacia su trágico destino.
Siempre que veo la estatua me entran ganas de seguir al teniente Ruiz.
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 El 2 de Mayo de 1808, Jacinto Ruiz Mendoza se hallaba en la cama, muy enfermo, cuando oyó luchar en la calle y se unió a sus compañeros en la defensa del cuartel de Monteleón. En el combate, Ruiz cayó herido, con un brazo roto y un balazo en el pecho. Se dice que una mujer, Benita Pastrana, le relevó en su puesto junto al cañón cuando él cayó. Le dieron por muerto y eso permitió a sus compañeros llevarlo a un lugar seguro. Se refugió en Trujillo (Cáceres), donde murió casi un año después, en marzo de 1809. La versión oficial dice que murió a consecuencia de las heridas recibidas en combate, pero otra versión dice que murió a consecuencia de un duelo tras haberse liado con una mujer casada.
¡Caray, este hombre tenía tanta vitalidad como su estatua!
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Los bajorrelieves del pedestal son extraordinarios, en ellos vemos la lucha frente al parque de artillería de Monteleón (actual plaza del Dos de Mayo), junto a réplicas de los cañones utilizados en la batalla.

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El pedestal es de mármol rojo de Sigüenza, gris de Carrara y jaspeado de Mañaria.
El trabajo del bronce correspondió a Fundición Crescenzi, en Roma.
Agradezco al fotógrafo Ramón Rubio Moreno estas magníficas fotos.