Una de las más suculentas bebidas de la civilización madrileña es sin lugar a dudas el granizado de limón.
En la imagen, dos de estos elixires antes de su refrigerante ingesta.
El lugar en cuestión es la heladería Palazzo, de la calle de Luchana, uno de mis santuarios estivales matritenses.
Y tras el éxtasis, una visitilla a la papelería que hay enfrente, Salazar, que es de las más antiguas de Madrid y de la que dicen las gentes: Si no lo encuentra en Salazar, es que no existe»
Yo siempre he tenido debilidad por las papelerías y me siguen encantando…pero, volviendo al granizado (del que no me gustaría salir nunca) creo que el inventor de esta prodigiosa y fresca panacea líquida merecería una estatua en Madrid….o mejor que una estatua, una fuente, que manase granizado de limón…
Foto: Carlos Osorio.