Al principio no existían canalizaciones para el desagüe, simplemente se abrían unas compuertas y el agua caía ladera abajo hacia el Prado.
En una limpieza efectuada en los años ochenta hubo que trasladar a los peces, en su mayoría carpas, a otros estanques y lagunas. En dicha limpieza se sacaron del fondo objetos como un sofá o una lavadora.
En la limpieza efectuada en 2001 aparecieron entre otros objetos decenas de mesas y sillas, 50 móviles, varias dentaduras postizas, dos cajas fuertes, armas de fuego y urnas funerarias.
…
Entre los 8000 peces que hubo que trasladar en 2001 para la limpieza se hallaba «Margarita» una carpa que pesaba nada menos que 11,5 kilos.
Claro que no sólo se han arrojado objetos, sino también personas. Aparte de algunas caídas fatales desde las embarcaciones, hubo también gente que se arrojó voluntariamente al agua. En la época romántica hubo varios intentos de suicidio. No es fácil ahogarse en un estanque cuya profundidad oscila entre los 60 centímetros y 1,81 metros, aún así parece ser que algún suicida voluntarioso lo consiguió.
La fiebre de los suicidios románticos dio pie a una irónica coplilla que decía así:
Enhorabuena Carlos, me ha encantado esta refrescante trilogía.
Un abrazo
Gracias,amigo Antonio!
Mire usted, que yo pensaba en un mayor calado, pero no.
Muy buenos los 3 artículos, la santísima trinidad.
Gracias, Dinopas. Pues sí, el estanque parece más profundo de lo que es. Sobre todo cuando uno ve esos peces tan obesos, parecería que vienen de las profundidades insondables.
Y yo me pregunto: ¿Cómo narices puede ir alguien con una lavadora o una caja fuerte al estanque del Retiro y tirarlas sin que nadie lo vea o diga nada?
Creo recordar que en la década de los sesenta o setenta se desecó el estanque para instalar allí un circo que estuvo mucho tiempo. ¿Me lo podrías confirmar?
Saludos, Jordi. Tienes razón pero es que lo que nos sucede a los madrileños con el tema de las basuras es algo de sicólogo, algún trastorno maníaco compulsivo diría yo. Ya el propio Carlos III se tiraba de los pelos intentando inculcar hábitos de limpieza.
Estimado don Bernardino, efectivamente, en los años sesenta se desecó el estanque para rodar unas escenas de la película "El Fabuloso Mundo del Circo", con John Wayne. Yo no lo recuerdo, aún no tenía uso de razón, pero me hubiese gustado verlo.