Hermosa fachada en ladrillo, típicamente madrileña, la de este inmueble de Divino Pastor nº 4 construido en 1880. Los relieves hechos con ladrillos, herencia de la arquitectura neomudéjar prosperaron en la arquitectura madrileña embelleciendo nuestras calles. Cuando se habla de funcionalidad en arquitectura casi siempre se olvida que los edificios, desde siempre, tuvieron otra función: la de agradar a los que lo contemplan, la de hacer ameno y gratificante el paso por las calles, la de elevar el espíritu mediante la belleza. Una función que bastantes arquitectos de hoy en dia se pasan por donde te dije. El inmueble no tiene patio, salvo los patinejos de ventilación, pero le hice una foto a la escalera, que me pareció agradable en su elevación espiralada.
Foto: C. Osorio.