Paseando por la verbena de la Paloma, el caminante llega a la Plaza de la Paja, donde una orquesta ameniza el baile. En esto, se da cuenta de que está abierta la Capilla del Obispo, la joya del gótico madrileño, y decide entrar. En ese instante dan comienzo las «completas». Las monjas cantan gregoriano con voces celestiales. La música de la verbena retumba en el interior del templo. El canto místico y el canto profano se entremezclan, como queriendo ser una sola cosa:
«No te quieres enterar, ye, ye
que te quiero de verdad, ye, ye, ye, ye…»
«Al final de este día, te doy gloria, mi rey,
concédeme pasar en paz esta noche, Dios salvador y sálvame»
«el pelo alborotado
y las medias de color
una chica ye-ye, una chica ye-ye…»
«…Concédeme santificar esta noche, Dios Salvador y sálvame»
Foto: Carlos Osorio.
Curioso el sacro mix. No sabría con cual quedarme.
Salud.
Sencillamente genial. Me ha encantado!!!