Las crías de conejo nacidas con la primavera corren felices por la Casa de Campo. Son nuestros nuevos vecinos orejudos, recién empadronados en la Villa y Corte.
Es una delicia verlos juguetear.
Los conejos desaparecieron de la Casa de Campo, en parte por la degradación que sufrió este espacio entre los años 60 y 90 y también por plagas como la mixomatosis. Hoy, tras la creación de áreas de reserva en el interior del parque, los conejos ya son ciudadanos de hecho en Madrid. Hay que recordar que «Hispania» en cartaginés significaba «tierra de conejos».