Cuando camino por la ciudad, a veces miro hacia arriba, a veces de frente y a veces hacia abajo.
Camino por la calle Santa Cruz de Marcenado. De repente mis ojos notan algo extraño. En una baldosa de la acera, hay un chicle aplastado que tiene una forma muy peculiar.
¿Ves una cabeza con su pelo, su ojo, su nariz y su boca, o solo la veo yo?
Efectivamente .. y su barbillla y su cuello decapitado. Es mas! Parece surgir del suelo mi tía Carmen, que rn paz descanse.
Tremendo. Mejor que las caras de Velmez!
Buen día.
Buen día, María 🙂
talmente salida de la memoria de Goya yendo de visita al nuevo domicilio de Cervantes.Hay cabezas que ruedan,y… otras que se resisten.Negra sombra.Saludos.Acacia.