Aquellas chimeneas tenían mucho encanto.
Parecían seres vivos. Siempre avizorando desde las alturas.
Con esos sombreritos de chino, de Quijote…
Capaces de enfadarse y de echar humo por la boca,
proclives a recibir la visita de la bruja, del lobo feroz o de San Nicolás.
Fotos: Carlos Osorio.
(Cerca de la calle Almagro)
empleados los sombreretes para evitar el agua y controlar el viento..en las de leña y actuales de gas…ahora las hacen con malla antipájaro y roedores..
y a ver la famosa casa delas chimeneas madrileña otro día…ahora ando por las cuevas del pueblo granadino,en donde pernoctó la ilustre Isabelita no sin antes destrozar todo lo que oliera a moro.A sus pies de vd. chin chimenea..Saludos.Acacia…
Desde el jardincillo de la azotea de la Casa encendida se ven unas bien bonitas
Saludos, Acacia.
Gracias por el dato, Matilde.