Un bar que a la vez sea museo de la movida madrileña de los años ochenta es sin duda una buena idea.
Esto es «Madrid me mata», en Malasaña, en la Corredera de San Pablo nº 31, casi enfrente del Pentagrama.
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La portada es bastante agradable y la barra, con las botellas iluminadas, como mandan los actuales cánones, resulta igualmente atractiva.
En cuanto a los «fondos museísticos» tenemos algunos carteles, algunos fanzines, varias prendas de ropa y algún instrumento musical.

 

La colección se queda un poco escasa. Esperemos que la vayan completando con el tiempo.

Un buen complemento de lo expuesto son los vídeos de la época que ponen en la primera hora tras la apertura.

 

No deja de ser un nuevo garito para curiosear por parte de los aficionados a la noche madrileña.
Fotos: Carlos Osorio.