La humedad, la neblina, el olor a piedra húmeda, a óxido de balcón y a corteza de árbol, a tierra mojada, hace que por un momento los ojos del espectador se cierren y de pronto una campana lejana nos despierte. Estamos en Madrid en el año 1920.
Próximas Visitas
-
«Las tabernas más castizas de Madrid»
2 julio @ 11:30 am - 1:30 pm -
«Misterios, leyendas y tabernas de Chueca y Malasaña»
10 julio @ 11:00 am - 1:00 pm