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Me quedé impresionado cuando vi este cuadro en la zona no visitable de la iglesia madrileña de San Antonio de los Alemanes. Esta Magdalena penitente, pintada por Mateo Cerezo, es tan delicada e intensa a la vez, tan llena de sentimiento y de tan alto oficio artístico que conmueve al espectador.
Enseguida quise conocer mejor a este pintor barroco, seguidor de Carreño y de Pereda, que vivió en Castilla la Vieja y pasó los seis últimos años de su vida en Madrid. Fue precisamente en su última etapa cuando pintó una serie de magdalenas de las que he localizado otras cuatro:
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Hay una muy parecida aunque no tan lograda en el Museo de Bellas Artes de La Coruña (En la imagen superior).
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Esta otra es de la Real Academia de Sant Jordi.
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Y esta, de medio cuerpo, pertenece al museo de Burgos.
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Y esta última, muy parecida a la anterior y aún mejor, aparece en una página de subastas de Sotheby´s.
Nada se sabe de la modelo. Pudo ser una mujer de Burgos o tal vez de Madrid, pero sin duda una modelo excelente y de una belleza profunda y melancólica.