El movimiento nacionalista catalán es un movimiento de carácter clasista, supremacista e insolidario, liderado por las clases adineradas y en contra de los intereses de los trabajadores.

-Este movimiento nace en el siglo XIX, movido por el deseo de la burguesía catalana de obtener un poder omnímodo y de no contribuir con sus rentas al equilibrio territorial del país. Fuertemente financiado, este movimiento arraigó en amplias capas de la sociedad con los argumentos artificiales de una historia de Cataluña falsa y tergiversada y dando a entender que quien no comulgase con su ideario sería considerado ciudadano de segunda clase. Poco después surge el nacionalismo vasco, que copia el ideario catalanista. Tras la dictadura de Franco, con la cual una parte importante de la burguesía catalana colabora, el nacionalismo se disfraza de antifranquista, logrando la adhesión de muchos ciudadanos con ansias de libertad. Sorprendentemente, una parte de la izquierda se alía con la burguesía en este proyecto supremacista y antiobrero. En Octubre de 2017, pese a que más de la mitad de la población catalana estaba en contra del independentismo, los grupos políticos separatistas deciden incumplir las leyes y provocar la secesión. Como no cuentan con armas ni apoyo exterior (salvo las cuantiosas subvenciones de algunos grupos de presión interesados en desestabilizar y debilitar a Europa) deciden utilizar la fuerza de los movimientos de masas. Así, convocan a los ciudadanos para que desobedezcan la ley y se enfrenten «pacíficamente» a las fuerzas del orden, con la esperanza de que la espiral acción-reacción otorgue legitimidad a su movimiento ilegal. Felizmente para la Democracia y la Libertad, no consiguen su objetivo.

Estos han sido los «grandes logros» del nacionalismo catalán en las últimas décadas:

-Los nacionalistas catalanes han conseguido dividir a la sociedad en dos bloques irreconciliables. El separatismo ha fomentado el odio. Ha separado a familiares y amigos. Está contribuyendo a crear una sociedad clasista donde tienen preferencia los ciudadanos con apellidos autóctonos.

-El nacionalismo ha dañado seriamente a la economía catalana. Se han incrementado sustancialmente las cuentas corrientes de dirigentes nacionalistas como Jordi Pujol gracias a la corrupción y a las comisiones del 3% sobre cualquier actividad económica. Todos los bancos y las principales empresas de Cataluña han trasladado sus sedes fuera de Cataluña. Muchos inversionistas procuran no meter su dinero en Cataluña.

-Se ha creado en España un partido ultraderechista como reacción al independentismo catalán, un partido que tenemos que sufrir no solo los catalanes, sino principalmente el resto de los españoles.

La riqueza lingüística de una sociedad que ha sido bilingüe desde sus orígenes se está perdiendo por la discriminación del castellano en Cataluña. El nacionalismo gobernante ha venido realizando una labor de aculturación, eliminando parte de la tradición histórica, literaria, folklórica, y lingüística catalana por el hecho de estar escrita en castellano. Hoy en los colegios catalanes es frecuente adoctrinar a los niños en el nacionalismo.

-El proyecto nacionalista es una de las mayores amenazas que ha sufrido la sociedad catalana desde sus orígenes. Se trata de enfrentar a los catalanes con el resto de los españoles, con los cuales la mayoría tienen relaciones familiares, amistosas, o comerciales, fruto de una convivencia de medio milenio. Crear países donde no los hubo nunca es multiplicar los problemas hasta lo indecible (Véanse los casos de Israel, Pakistán, Yugoslavia, etc.)

-Porque amamos a Cataluña, decimos No al odio, no al nacionalismo, Sí a la libertad. Sí a una sociedad en la que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades y donde la concordia sustituya al enfrentamiento.

Perquè estimem Catalunya, diem No a l’odi, no a el nacionalisme. Sí a una societat en la qual tots els ciutadans tinguin els mateixos drets i les mateixes oportunitats i on la concòrdia substitueixi l’enfrontament.