«La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.
La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.
La vida sin más. La vida ciega que quiere ser
vivida sin mayores consecuencias,
sin hacer aspavientos, sin históricas histerias,
sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales,
ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra.»
«sin hacer aspavientos, sin históricas histerias»
Muy oportuno.
Aunque toda poesía que se precie es oportuna siempre.
Felicitarte por tu magnífico trabajo de explicar el mejor Madrid a los que no somos de allí.
Saludos desde Barcelona