Esta curiosa casa de la madrileña Plaza del Rey es uno de los escasos ejemplos de arquitectura civil del siglo XVI.
Siete son las chimeneas que jalonan su tejado y se dice que correspondían a los siete salones de la casa.
Hízose en 1574. Los planos son obra de Antonio Sillero con modificaciónes de Juan de Herrera.
Poco tiempo después de su construcción, el edificio fue comprado por Baltasar Cattaneo, un prestamista genovés de mala catadura, que reformó el edificio y añadió las chimeneas. Este personaje vendió el edificio al caballero Juan Arias Maldonado, de modo que quedase entrampado con los préstamos diversos que él mismo le hizo. Poco a poco, los intereses fueron aumentando y el caballero empezó a quedarse sin dinero. (No sé a qué diablos me está recordando esto). El caso es que el infortunado deudor se quedó poco a poco sin bienes, y no pudiendo soportar su situación, prefirió morirse. Quiso entonces el prestamista genovés seducir a doña Ana, la mujer de Arias Maldonado, pero esta prefirió meterse monja.
En el siglo XVIII la casa fue ocupada por el Marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda de Carlos III. Durante el motín provocado por la prohibición del marqués de llevar capa larga y chambergo, así como por la carestía de los alimentos, la casa fue saqueada por los exaltados. Por fortuna, el marqués se encontraba en Palacio, despachando con el Rey, y su esposa e hijas estaban en el colegio de niñas de Leganés, un colegio que estaba situado en la actual Gran Via (no estaban en un colegio de Leganés, como he leído en internet). Los amotinados saciaron sus iras prendiendo fuego y saqueando cuantos objetos de valor encontraron. Carlos III destituyó a Esquilache y aceptó las reivindicaciones de los ciudadanos, al tiempo que él se refugiaba en Aranjuez esperando que se calmara la Capital y que el conflicto no se extendiera por el resto del Reino. De este siglo data la ampliación de la casa con una sección trasversal que transformó la primitiva planta cuadrangular en una en forma de L.
La casa se reforma en 1881, cuando se restaura y acondiciona para sede del Banco de Castilla. La segunda reforma es de 1957, realizada por Fernando Chueca Goitia. Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la Casa de las Siete Chimeneas fue sede del Lyceum Club Femenino, una asociación cultural feminista, destinada a defender la igualdad femenina y la plena incorporación de la mujer al mundo de la educación y del trabajo. En los años 80 fue sede del Banco Urquijo, e inmediatamente después pasó a serlo del Ministerio de Cultura.
Foto: Carlos Osorio
El fallo de esa casa es la cantidad de obras de reforma que ha tenido y ya es poco lo que queda de aquél edifico de Sillero. He visto imágenes y fotos desde el siglo XVI y ya es un edifico completamente nuevo. Aunque, bueno, al menos sigue ahí, menos mal que no se ha demolido víctima de la insaciable piqueta. En esa Plaza estaba el circo Price, sustituido por un edificio que, como la mayoría de los edificios de los 60 y 70, tan feos y rompedores del estilo histórico de nuestra Villa y Corte, rompe el equilibrio estético.
Saludos desde Embajadores.
Hola Carlos, bonito post. No he entrado nunca, ¿sabes si en el interior queda algo digno de mención?.
¡gracias!
El edificio ha sido utilizado como escenario literario en algunas novelas actuales, aunque el acierto de éstas sea dudoso.
Gracias, Juan y Cecilia. Yo tampoco he entrado, Mercedes, pero parece que por dentro está todo renovado.
gracias, Carlos, eso imaginaba…