Caminando por la calle de Rodas (entre la Ribera de Curtidores y la calle Embajadores) me encuentro, en el nº 11, con un curioso patio lleno de antiguos talleres de oficios. Me meto a fisgar y me encuentro con Isidoro, que lleva toda la vida restaurando antigüedades, sobre todo objetos de bronce, cobre y latón. Me dice que le queda poco para retirarse y que ya sólo coge encargos de amistades y conocimientos, porque está muy mayor.
El es uno de los pocos, poquísimos artesanos que aún tenemos en la zona del Rastro. Frente a él, también hay otro taller, este de restauración de objetos de madera.
 El curioso solar de Rodas 11 es el resultado de un obús que cayó sobre una corrala en la guerra civil. En el lugar del edificio derruido se instalaron diversos artesanos como Isidoro.

Foto: Carlos Osorio