Como cocinan las madres no cocina nadie (empezando por la mía propia y continuando por las que cocinan en las maravillosas y cada vez más escasas casas de comidas madrileñas)
Ejemplo de bar familiar es el Bar Antonio, en la calle de Quiñones esquina con San Dimas (en la zona de Conde Duque). Desde las primeras décadas del siglo XX, en Antonio siguen ofreciendo cocina casera de la auténtica, con un menú del día muy interesante. Hay tan solo unas pocas unas pocas mesitas de mármol donde te puedes codear con los albañiles que trabajan en la zona o con un joven actor televisivo, amén de los vecinos del barrio y algunos visitantes. Todos felices de hallar un tesoro como este en una zona invadida por los bares de copas y por los restaurantillos de pitanza rápida con los consabidos churretines de colores.
Digamos, en otro orden de cosas, que don Benito Pérez Galdós se fijjó en la esquina donde hoy está el bar Antonio, ya que aquí vivía Luisito Cadalso, protagonista de su novela Miau.
Bar Antonio. C/ San Dimas, 9. Madrid 28015
Fotos: Carlos Osorio
Ya se sabe que al cocinar los principales ingredientes son el cariño y las ganas que se le ponen. Por eso las madres siempre serán campeonas.
Buen día.
Como tópico queda muy bien, pero la mayoría de madres jóvenes y muchas ya no tan jóvenes no tienen ni idea de cocinar. Y es lógico, porque el trabajo fuera de casa impide dedicarse a la cocina con cariño. Mis propios hijos, desde luego, jamás podrán repetir esta frase.
El cariño es la clave, querida Matilde. Hombre, don Bernardino, tienes razón en que no hay que generalizar, un saludo.