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La Taberna de Antonio Sánchez, en la calle del Mesón de Paredes, nº 13, junto a la plaza de Tirso de Molina, es la taberna más antigua de Madrid y una de nuestras tabernas castizas más representativas.
Fundada en 1787, la frecuentaron toreros como Cara Ancha o Colita.
En 1884 la compró Antonio Sánchez Ruiz, un entrador de vinos natural de Valdepeñas.
En la propia taberna nació su hijo Antonio, quien de niño jugaba al toro en la vecina plaza de Tirso de Molina. La afición del joven Antonio le llevó a tomar la alternativa en 1922, de la mano de Ignacio Sánchez Mejías. La cabeza del toro de su alternativa, llamado Fogonero, se halla junto a la puerta de la entrada.
El torero Antonio Sánchez fue un valiente y terminó como un queso Gruyere, con nada menos que veinte cornadas. La última, en 1929, le dejó postrado durante 26 meses. Como el convaleciente no podía estarse quieto, comenzó a pintar. De ahí su amistad con el pintor Zuloaga, quien por cierto hizo en esta tasca su última exposición.
Dicen que Antonio Sánchez no llevaba nunca dinero encima. El tabernero torero y pintor era tan popular que en todas partes le invitaban. Antonio nunca se casó. Desde que murieron sus padres, decidió vestir siempre de negro.
La gran personalidad de Antonio atrajo a sus tertulias a gente como Pío Baroja, Sorolla, Julio Camba, Vázquez Díaz y Cossío.
En el sótano hay unas enormes tinajas de barro de Colmenar de Oreja. Para poder introducirlas, hubo que horadar la calle y hacer una rampa hasta el sótano.
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En la salita de la entrada se hallan varios retratos de toreros.
A ambos lados, las cabezas de los toros, Fogonero y Aldeano lidiados por el tabernero pintor.
Un curioso «ascensor» sirve para subir las frascas de vino desde la cueva donde se hallan las grandes tinajas de cerámica.
El reloj y la caja registradora son del siglo XIX.
En los años 70 aún existía la costumbre de aceptar meriendas de la calle. Los vecinos se traían su pan y su chorizo y pedían su media frasquita de vino. Todo el mundo hablaba con todo el mundo, una buena tradición de las tascas madrileñas. Era la época en que venían asiduamente Luis Carandell y José Luis Pécker. Lola, hermana de Antonio Sánchez hijo, regentó el negocio hasta 1979, año en que se jubiló Tasio, el encargado.La taberna estuvo en un tris de desaparecer. Afortunadamente, un madrileño amante de nuestra tradición, J.M. Priego, se hizo con la taberna y logró su reapertura conservando todas sus esencias.
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Ofrecen la cocina tradicional madrileña y española con toques personales: rabo de toro, morcilla, huevos rotos, solomillo, caracoles, croquetas, sin olvidar nuestro básico y fundamental cocido madrileño, y otras viandas muy de taberna, como las torrijas.
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«Antonio Sánchez» está en C/ Mesón de Paredes, 13. 28013 Madrid.
Tf. 915 39 78 26.
Para conocer en detalle la historia de nuestra taberna más veterana, te recomiendo el libro: «Historia de la taberna más antigua de Madrid y de otras viejas tabernas de Lavapiés» (Ediciones La Librería), de Antonio Pasies Monfort