Las rosquillas de San Isidro propiamente dichas y sabrosamente zampadas son unas rosquillas redondas con o sin agujero que llevan encima una costra de azucar y limón, ligeramente amarillenta. Se llaman de San Isidro, pero también se las conoce como listas y «de la tía Javiera» por ser esta la mujer que las puso de moda.
Además, en estas fechas se venden otras rosquillas: las tontas, que no llevan costra de azúcar y suelen tener un gusto anisado; las francesas, que llevan almendra; y las de Santa Clara, que se venden en las fiestas de toda España.
¡Que aproveche!