Cerería Ortega, en la calle de Toledo.

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Los comercios históricos forman parte del patrimonio histórico y cultural de Madrid. Nos permiten identificar nuestra ciudad. Son parte del alma de Madrid. A veces no nos damos cuenta del gran tesoro que tenemos: Madrid es la única ciudad del mundo que cuenta con más de un centenar de comercios centenarios.
Ante el peligro de que estas joyas culturales pudieran desaparecer, se estableció un catálogo de establecimientos protegidos en los años 80, en época del alcalde Tierno Galván. Esta protección ha contribuido a que podamos seguir disfrutando de sus productos de calidad, del trato cercano, de su inigualable estética, porque no solo son tiendas, son parte del patrimonio cultural de nuestra ciudad.
Estas tiendas centenarias no desaparecen porque «estén desfasadas» que es el argumento habitual de los especuladores que tratan de acabar con alguna de ellas. Estas tiendas solo desaparecen si se les hace la vida imposible, si se prima el uso turístico del centro, si se les retira la protección, si se favorece a las grandes compañías.
Con toda desfachatez nos dicen que el pequeño pececillo y el gran tiburón deben tener «igualdad» de condiciones.
Una tienda que lleva abierta varios cientos de años no desaparece así como así.
De hecho, de los 10.000 comercios que cerraron en Madrid en la crisis 2008-2015, tan solo media docena eran tiendas centenarias. El resto eran tiendas actuales y actualizadas.
A nadie se le escapa que el pequeño comercio pasa por dificultades, especialmente debido a la crisis, un problema añadido a los muchos existentes, por lo que es preciso extremar la protección. En alguna ocasión hemos visto como un comercio histórico ha sido transformado en tienda de conveniencia o de souvenirs, que poco aportan a la ciudad. Esto sería evitable favoreciendo que, cuando un comercio cierra por cualquier causa, se procure que se establezcan allí comercios similares al desaparecido.
La importancia de este tipo de comercios haría necesaria la exención o rebaja de ciertos impuestos como el IBI, las ayudas para la restauración del mobiliario histórico, mayor vigilancia y mayor protección arquitectónica. Así evitaríamos el continuo goteo de establecimientos que cierran o se desnaturalizan. El desmedido coste de los alquileres en el centro puede significar la desaparición de varios comercios emblemáticos ante la lamentable pasividad de los gobernantes locales.
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Foto 1: Álvaro Benítez (Del libro Tiendas de Madrid)
Foto 2: Ramón Rubio Moreno.
P.S: El Catálogo de Establecimientos Arquitectónicos Especiales está disponible en la Subdirección General de Gestión Privada. Si queréis un listado más accesible y mejor explicado, en mi libro «Tiendas de Madrid» de Ediciones La Librería reseño los comercios tradicionales más atractivos.A comienzos del siglo XXI se colocaron placas de bronce para señalizar la existencia de los comercios centenarios. Hoy parte de estas placas permanecen en lugares donde los comercios han desaparecido.

En 2007 se hizo una revisión del catálogo de establecimientos arquitectónicos en la que se suprimieron 300 establecimientos y se cambió el grado de protección a algunos de ellos.