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El edificio del antiguo Archivo General de Protocolos se halla en la calle de Alberto Bosch nº 4, muy cerca de la iglesia de Los Jerónimos.
Fue realizado en 1885 por Joaquín de la Concha.
Realizado en ladrillo, piedra y hierro, las dovelas bicromas sobre las ventanas sin duda están influenciadas por el arte califal de la mezquita de Córdoba. Estos rasgos neoárabes contrastan con elementos clásicos o con el barroquizante escudo que hay sobre la cornisa configurando un estilo ecléctico.
Foto: Carlos Osorio.
Datos: Guía del COAM
Hola Carlos, conozco bien este edificio ya que lo he tenido frente a mi puesto de trabajo anterior durante 22 años. Su mayor curiosidad, además del estilo ecléctico que comentas, es su pretendido caracter ignífugo al carecer de maderas en carpinterías, como apuntas, y estar destinado a archivo. Joaquin de la Concha Alcalde hizo trabajos de lo más dispares, restaurando la catredral de Sevilla, diseñando una de las fachadas más elegantes que tuvo el teatro Real y finalmente entregado a un discreto modernismo en muchos edificios de viviendas del centro (entre ellas la de mi bisabuelo de calle Santiago).
Un saludo y perdona la extensión.
Gracias por los datos, Antonio y enhorabuena por tu blog: pessoas en Madrid, que nos acerca aún más a nuestro querido país vecino.
Pues he aquí una madrileña que ha paseado varias veces por la zona y nunca se tropezó con tan peculiar edificio, ni sabía que existiera. Magnífico descubrimiento.
Hola, Matilde, el barrio de los Jerónimos es una mina. Un abrazo.
Edificio de un dudoso valor arquitectónico y de una concepción de imitación estilística de formas de un pasado histórico prestigioso, como producto característico del momento, se trata por tanto de un pastiche de estilos anacrónicos, ecléctico y artificial, que mezcla estilos, con tan poca gracia que ni siquiera puede resultar irónico.
Hola, Francisco, puede haber algo de eso, pero en arte no tiene por qué haber anacronismos, ya que pasamos por los mismos sitios solo que de diferentes maneras en cada época. Es una de las facetas que solo tiene el arte: la intemporalidad, aunque a menudo sea algo propio de una época. En todo caso, prefiero algo que atrae mi mirada a algo anodino y meramente funcional.