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Los cines de Madrid se convierten en restaurantes (Platea) o en supermercados, los antiguos cafés de Madrid se convierten en restaurantes (Gijón, Comercial, Viena), las salas de fiestas y salones de baile, otro tanto (Florida Park),  los museos se amplían para albergar cafeterías y restaurantes…De un tiempo a esta parte, todo se nos va en comer.

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Los programas culturales han desaparecido de las televisiones para ser sustituidos por concursos gastronómicos. Y todo gira en torno a la pitanza.

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¿Qué fue de aquellos madrileños dispuestos a conversar, a participar en una tertulia, a debatir, a ver una película en las debidas condiciones, a bailar?
No podemos por menos que recordar aquella frase que dedicó Don Quijote a Sancho Panza:
«Come, Sancho hijo, come, tú que no eres caballero andante y naciste para comer»