El Alcázar de Madrid, 1534. Jan Cornelisz Vermeyen. Al fondo a la izquierda, la Casa de Campo.
¿Cómo fue la relación de los madrileños con los reyes?
En tiempos de paz fue muy buena, y los reyes otorgaron privilegios a Madrid.
En tiempos de guerra, los madrileños tenemos tendencia a colocarnos en el bando perdedor (Eso sucedió en las guerras de los Trastamara, en la de Juana de Castilla con Isabel Iª,  en la revuelta comunera, etc.
A los reyes, aparte de la simpatía de los madrileños, lo que más les gustaba de esta tierra era la abundancia de bosques de caza. Enrique III fue el primer rey que se entusiasmó con Madrid y se hizo un palacete para cazar en El Pardo. Esta vocación la mantuvieron los monarcas de la Casa de Austria y también los Borbones. La hospitalidad de los madrileños y la abundancia de caza en los bosques de El Pardo y la Casa de Campo hizo que Carlos V le tomara afecto a Madrid y le recomendara a su hijo Felipe II establecer la capital en esta ciudad.
¿Por qué no se ha conservado el Madrid medieval?
Por varias razones, pero sobre todo porque en la capital de España el negocio principal ha sido siempre la especulación inmobiliaria. Además, en el subsuelo de Madrid no hay piedra, las casas se hacían de ladrillo y eran relativamente fáciles de derribar.
Apenas tenemos algunas muestras del Madrid medieval en las torres de dos iglesias (San Pedro y San Nicolás) y en las casas de los Lujanes, en la Plaza de la Villa.