Para este nuevo año no he querido proponerme ninguna meta difícil de cumplir. 
Sé por experiencia que los propósitos demasiado ambiciosos se me olvidan a los pocos días.
Mi propósito para este año es muy fácil de poner en práctica:
Dar más abrazos.
Son muy buenos para quitarse el frío,
y son gratis.