A las grandes cocineras. A las que durante años han preparado y preparan sabrosos platos y deliciosos guisos, con mano maestra y con cariño. Cocineras, y también cocineros (pero solía haber más mujeres en este oficio) que levantaron nuestros mejores restaurantes, y también las sencillas casas de comidas, que llenaron de aromas deliciosos los hogares con su  cocina casera. Gente que ha trabajado y trabaja con mucho esfuerzo y dedicación.

Hoy día, cuando algunos cocineros se llenan de medallas y de estrellas, y se hacen llamar jefes (chefs), quiero homenajear a tantas cocineras y cocineros, gente sencilla y maravillosa, gente desconocida, que nunca fueron jefes, porque pertenecían a las clases más humildes, pero que sabían darlo todo en su oficio.

Cocineras y cocineros que han mantenido viva la cocina española, la dieta mediterránea, la cocina casera, la cocina sabrosa y saludable. En estos tiempos de tanta tontería, de cocina rápida y comida basura, de abandono de nuestras mejores tradiciones, quiero hacerles un homenaje, porque son y han sido lo mejor de nuestra sociedad. La cocina más auténtica siempre estará unida a la memoria nuestras grandes cocineras.