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En la Plaza de los Mostenses, junto al tramo final de la Gran Vía, tenemos un mercado de abastos muy interesante. La mezcla de culturas y tradiciones gastronómicas es uno de sus atractivos: comida española, comida suramericana y comida china. Productos frescos a muy buen precio, y también algunos bares donde probar recetas de allende los mares.
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Este mercado se construyó en 1875 siguiendo la moda de la arquitectura en hierro.
A finales de los años veinte fue derribado, no porque estuviese deteriorado ni porque obstaculizara en absoluto la construcción de la Gran Via, sino porque les parecía antiguo.
El actual mercado es un edificio anodino de ladrillo, que ha estado a punto de ser demolido.
Paseando por sus puestos, pienso que es una suerte que no lo hayan reformado, sobre todo viendo en lo que se están convirtiendo otros mercados tradicionales como el de San Miguel o el de San Antón.
En la foto en B/ N, el mercado en los años viente.
Fotos color: Carlos Osorio.
Todavía no lo conozco, ¡habrá que solucionarlo!
A Miguel Angel: si quieres la fiesta completa, un sábado por la mañana. Allí habrá, casi seguro, al menos un humano de cada especie (tipo, nación, cultura…), como en el Arca de Noé.
Ayer, aprovechando una salida, me dí un garbeito por el de Maravillas que sólo conocía de referencias. Me encantó. Limpio, amplio, bien surtido e incluso por la tarde todos con su carrito o su bolsa de la compra.
Así son los mercados.
Carlos tiene una fotografía en su entrada del Maravillas que dan ganas de enmarcarla.
Como dice, traer la mercancía de lejos contamina en general y los productos mismos son los más contaminados. Una de las hipotésis que se barajó con la movida del pepino fue contaminación portuaria.
Este afán cateto de modernizarlo todo se está cargando nuestra arquitectura más tradicional. En relación con el tema mercados, visité hace poco el de San Antón en Chueca y ha quedado más logrado por dentro que por fuera. Y respecto al ahora en boga mercado de San Miguel siempre me quedará la desazón del porque pintar en marrón la estructura metálica que antes estaba de un verde claro precioso.