El «Lolina» es uno de los nuevos cafés agradables de Malasaña. Está decorado con muebles de los años sesenta, predominando sillones de skay y otros asientos que invitan a pasar un rato de amena charla sin prisas. Se puede desayunar, merendar o comer a cualquier hora.
Hay ensaladas, humus, tostas (como la de morcilla con calabaza) y frankfurts, y cuentan con una acertada carta de tés y tartas (como la de chocolate o la de zanahoria)
En la planta baja organizan guateques-cumpleaños con música de los sesenta.

Fotos: Carlos Osorio