El fotógrafo Ramón Rubio Moreno ha logrado un efecto impactante al combinar el colorido vestido de esta mujer con el soportal en blanco y negro.
Los soportales son como una casa que pertenece a todos, un lugar acogedor de la ciudad que nos permite pasear protegidos del sol o de la lluvia. 
Y esa misma sensación nos produce esta mujer: pasea como por su casa, hablando por el móvil con su gente, en un espacio que ella convierte en privado, pero que sin embargo es público.
Los soportales de la Plaza Mayor están de actualidad después de que el Ayuntamiento ha lanzado la idea de ceder sus techos para que los decoren artistas actuales. Ello después de afearlos notablemente con el cableado de las cámaras de vigilancia.
Esperemos que recapaciten. Lo que nos gusta del Madrid antiguo es que siga pareciendo antiguo.