Las calles de Madrid se han ido llenando de baches, para la desesperación de los conductores y el regocijo de los talleres de neumáticos. A veces un bache nos permite descubir las huellas del pasado. En este de la calle de Olid se ven los viejos raíles del tranvía y el antiguo empedrado de adoquines de granito.
Foto: Carlos Osorio.
O tienes muy buenos informadores o estás en continuo movimiento pateando la ciudad.
Felicidades.
un saludo
Hola, Dinopas. No tengo "informadores" y tampoco estoy todo el día en la calle. Eso sí, cuando voy caminando procuro tener los ojos bien abiertos.Un saludo afectuoso.