Esto no pasaría en Londres, ni en París, ni en Roma (ciudades en las que hay un respeto por la historia y por la cultura): La casa de la mejor escritora en castellano, Emilia Pardo Bazán, se vende al mejor postor. Fue una pensión durante muchos años y ahora ¡Quién sabe! Tal vez se convierta en un piso turístico, como gran parte de las viviendas del centro histórico de Madrid.

En el primer piso, la planta noble, de San Bernardo 35, vivió doña Emilia de 1890 a 1915. A las tertulias de la escritora en esta casa asistieron políticos de primer nivel como Cánovas del Castillo, Castelar, Canalejas o Romanones, y escritores como Rubén Darío o Miguel de Unamuno. 

Esta casa, por su importancia histórica y literaria debería ser un museo o un centro de interpretación de nuestra gran escritora. Hace poco que perdimos la oportunidad de honrar a un ilustre científico: Ramón y Cajal, cuya casa unifamiliar en la calle Alfonso XII ha sido vendida a un particular. No deberíamos permitir que en esta ciudad se pierda ninguna otra casa de nuestros grandes genios del arte, la ciencia o la literatura.