Era el comedor de la Posada de San Antonio de 1887. En 1941 lo regenta Segundo Vacas y cinco años más tarde su viuda continúa al frente. En 2006 se han trasladado a la calle del Aguila nº 23, desde su primitiva sede en la Cava Alta.
Tienen justa fama las codornices, el rabo de toro, los callos, los espárragos, el potaje, los judiones, el morcillo, el bacalao, los calamares en su tinta…
El vino y los postres están a la altura de las demás viandas. El trato es cordial, y el precio justo.
En definitiva, un sitio que rebosa autenticidad y que permanece fiel a sus esencias sin que la ola de sofisticación y bobería que se ha apoderado de tantos cenáculos les afecte lo más mínimo.
Aquí le siguen llamando al pan pan y al vino vino.

 

Y están en la calle del Águila nº 2, en La Latina.